Hoy estaba tomando un café con una persona con la que no comparto profesión pero si la "inestabilidad laboral" en cuánto a la fluencia de trabajo y la necesidad de publicitarse en las redes sociales cómo instagram para darse a conocer.
Está claro que vivimos en un mundo altamente informatizado, si no estás en internet, hoy día, prácticamente no existes. Aunque no nos guste, parece que esto es así.
Hemos mantenido una conversación muy interesante sobre marketing y psicología (Sin ser ninguno de los dos expertos en la primera disciplina). Está se ha puesto interesante en el momento dónde yo le comentaba que en las redes sociales, concretamente en Instagram, están emergiendo muchísimas cuentas relacionadas con psicología, y que muchas de ellas mezclan contenido "personal" con contenido "profesional".
Esto, como estrategia de marketing, parece ser que es muy potente. Parece que "vende" (y por vender me refiero a atraer el público que potencialmente puede ser clientela de nuestras consultas), y esto está bien, ¿no?
Pero nuestra duda era: ¿Dónde está el límite? Es decir, ¿el hecho de exponer la vida personal en una cuenta profesional, desprofesionaliza al sector? ¿Se pierde el rigor y la objetividad que la psicología como ciencia exige? ¿Estamos "tirando por la borda" años de sacrificio para diferenciarnos y ser respetados como científicos por el "salseo" de las redes sociales?
Responder a estas preguntas es muuuuy difícil, al menos lo es para mí. En la Universidad nos enseñaron que las autorrevelaciones (dar información personal a los pacientes) debían ser pocas, para no afectar a los procesos de transferencia y contratransferencia en terapia. Corríamos el "peligro" de interferir en el proceso terapéutico, quebrantar los límites paciente-terapeuta o intercambiar roles sin quererlo. ¿Esto es así?
Otro melón es el que abre una cuenta muy interesante de marketing para psicólogos (@traseldivan). Concretamente, un post que publico ayer: Instagram es un vómito de contenidos. En este post nos cuenta que es cualitativamente mejor publicar menos y con un contenido mejor. Y cuanta razón tiene. Pero... esto parece que a corto plazo no nos convence y tenemos la necesidad (yo incluida) de publicar y publicar, a veces sin sentido y sin tener nada interesante que aportar a la comunidad.
Creéis que al público le interesa el rigor científico y el contenido de calidad? ¿Qué "vende" más?